Por: Pao, Bailarina Mágica
Y si tan solo me muestro tal y como soy y dejo fluir mis emociones y mis ganas de expresar lo que siento, más allá de los prejuicios o juicios que me han acompañado en la vida, dada mi historia, mis creencias, mis antepasados y todo aquello que me ata de alguna manera, por creer todo lo que otros piensan y desean de mí, tal vez por el simple hecho de querer ser aprobada, mirada, valorada, porque en mi vida muchas veces he dejado de ser quien soy para satisfacer a otros y no a mí misma.
Y por fortuna llega a mi vida un nuevo camino de aprendizaje, donde sigo aprendiendo a conocerme, a sentirme, a valorarme, a apreciar todo lo hermoso que es ser mujer, en todas sus facetas como hija, como hermana, como madre, esposa, amiga, compañera, amante, chamana, doncella, bruja, diosa y dejo salir a un ser extraordinario que habitaba en mí y que seguía escondido en lo más profundo de mi alma y empiezo a soltar poco a poco parte de mi antigua coherencia, de esa coraza que me cubría, como una oruga que empieza a transformarse en una hermosa, colorida y libre mariposa que se suelta y fluye danzando con la vida, sintiendo cada aleteo, cada vibración que me conecta con el maravilloso torbellino de estar viva, de sentir, de fluir, de inspirar, de encontrarme, de volar y danzar con otros.
Es así como decidí escribir estas líneas para mí y para ti que estas al otro lado leyéndome y lo hice para dejarme llevar, soltar, fluir y apreciar todo lo que tengo en mi ser y lo grandioso que es estar viva, para sonreír, amar, llorar y agradecer por todo lo que me ha pasado y me sigue pasando en mi vida y recuerdo que todo pasa por algo y creo en las sincronías de la vida que me invitaron a escribir y a fluir con mi magia interior, regalándome este espacio para mí al conectarme con la mujer vital que soy.
¡Un abrazo!
Imagen de Catherine Todd en Pixabay