Autora: Amanecer
Amanecía para todos, para ella, pero aun así no lo entendía.
Se veía siempre fuerte, capaz y valiente; pero en su interior era frágil, débil y sombría. Aun así, siempre amanecía.
La luz del día a ella no la acogió o, por lo menos, eso era lo que ella creía.
Todos a su alrededor sonríen, viven con la fe de un nuevo día y ella no puede entender por qué no conecta con la VIDA.
Aun así, amanecía a pesar de que muchos dicen que es un milagro de la vida, ella se siente como un sarcasmo, una ironía.
Por más bella que sea la vida como los demás suelen decir, NO ES BELLA ELLA dentro de la vida.
Nunca está sola siempre está acompañada, vive muy ocupada; pero en su interior se siente abandonada.
Siempre amanece pero la culpa de ser quien es no le permite disfrutar de un bello amanecer.
Siempre se repite así misma que no es su culpa ser como es; pero ni sus justificaciones ni sus excusas le permiten ver la vida como es.
Puede ser que un día ella se canse de un amanecer, pues nunca ha sentido que los deba tener.
Entre el tedio y la frustración se siente frágil, más insegura que nunca y en su interior anhela volar como una pluma hacia otra vida donde no haya más oscuridad.
No, no es su culpa, no conectar con la vida. Es solo que en su interior y en su esencia crece con más fuerza la convicción de ser como una extranjera en este mundo.
Se le agotan las fuerzas, pero debe vivir porque todas las mañanas tiene un AMANECER por descubrir.